Cambiar cualquier recurso deteriorado en uno nuevo requiere de una dedicación planificada. Todos los materiales, o en su gran mayoría, pueden reusarse, en función del enfoque hacia donde queramos dirigir esa transformación.

Lo bueno de nuestro rubro como lo es la lencería, es el uso de elementos y piezas pequeñas. Si conocemos la moldería y los procesos de armado de lo que queremos lograr, prácticamente todas las telas se pueden reciclar.

Hoy compartiré con ustedes la transformación de una funda. La funda que he elegido fue confeccionada en tela plana con una mezcla de hilos de algodón y poliéster.

Lo primero a tener en cuenta es la evaluación de las zonas aprovechables de la tela, los recursos que ofrece, por ejemplo: qué estampado tiene, dónde están ubicados, cuánto miden, cómo los puedo combinar. Este análisis lo hacemos antes de cortar la tela. Una vez que decidimos lo que queremos, y con la moldería a mano, la evaluación se convierte en un proceso fácil, además de que es sumamente placentero de hacer.

Por otra parte, recuerden tener la precaución de no lastimar el hilo de la costura. Cuando se descose la pieza, en este caso la funda, se debe tratar de destejer la costura. Todas las costuras realizadas con máquinas industriales se logran con crochet que tejen dos hilos. Si analizamos el final de cada costura, los hilos se pueden descoser con gran facilidad. Y estos hilos también pueden aprovecharse.

¿Sabían que una funda de 45 cm de ancho por 67 cm de largo consume 15 metros de hilo de algodón, y la misma cantidad de hilo multifilamento?

Si rescatamos el hilo de algodón luego podremos hacer muchas cosas interesantes. En mi caso, que amo tejer encajes con la técnica frivolité, lo uso para tejer puntillas.

Dejo a continuación dos videos subidos a mi canal de YouTube donde realizo este proceso de reutilización de materiales para armar dos corpiños: