En la década de los 70’s llega a mis manos Primavera Silenciosa, un maravilloso libro escrito por la bióloga Rachel Carson. En él, manifiesta fervorosamente que si se continua con el proceso degradativo producido por la contaminación ambiental nos encontraríamos con un futuro silencioso sin pájaros ni vegetación. El libro fue una revolución en sí mismo. Pronto, se unieron diferentes voces y se comenzaron a formar asociaciones defendiendo los derechos por un ambiente sano y limpio.
Para el año 1983, ya era clara la inquietud del ser humano de proteger su entorno, su futuro, y por ende, a sí mismo, permitiendo que la sustentabilidad estuviera en boca de todos.
La idea no es que esta palabra se convierta únicamente en lo que se conoce como buzzword, un término que refiere a una palabra de moda que en parte se utiliza para impresionar, sino que sea usada para tomar consciencia.
No se puede salvar una especie (el hombre), si la tierra, y todas las demás especies y organismos que habitan en ella no están sanos.
El concepto de sustentabilidad en la producción de lencería requiere de una equilibrada coherencia y una evaluación dedicada. He elegido cuatro puntos importantes en el desarrollo de cualquier proyecto que busque detener la continua degradación ambiental: que su proceso sea sostenible, robusto, resiliente y adaptable. Cuatro conceptos que encajan muy bien en la realidad mundial presente actualmente, como consecuencia de la pandemia.
Se habla de un proceso sostenible cuando se ha desarrollado la capacidad de producir indefinidamente a un ritmo que no agote los recursos que se utilizan para funcionar, y sin producir más contaminantes de los que puede absorber su entorno.
Es resiliente cuando tiene la capacidad de recuperarse de una situación o momento traumático, no necesariamente volviendo a su estado anterior.
Es robusto cuando es capaz de mantener las condiciones globales de producción en situaciones o entornos débiles, durante grandes cambios y transformaciones, alejadas de un ambiente en equilibrio.
Es adaptativo cuando evoluciona con la búsqueda de nuevos mecanismos a través del aprendizaje y centra su evolución en el conocimiento.
¿Qué quiero manifestar con estos cuatro conceptos?
Para iniciar un cambio, y adaptarnos, primero debemos informarnos. Conocer de dónde vienen los recursos que usamos.
Un dato importante a tener en cuenta es que todos los avíos, como los hilos, accesorios, cintas, y tejidos utilizados para la confección de la ropa íntima se realizan con poliéster, spandex y nylon. Componentes sintéticos que provienen de fracciones pesadas del petróleo y existen por la manipulación del hombre a la síntesis de las moléculas de hidrocarburos.
La mayoría de estas fibras no son biodegradables, por el contrario, algunos han sido construidos bajo el concepto de “altamente resistentes”. Modificar la incorporación de estas fibras, a pesar que el producto de su origen no es recuperable, es un proyecto a largo plazo.
La importancia de manejar nuevas técnicas de tejido, cambiar la mecánica de la confección, aceptar una estética diferente en la construcción de la mordería y las prendas, nos abrirá la posibilidad de modificar y retardar el incremento de desechos contaminantes.
Una forma interesante de empezar es sometiendo los materiales usados o el desperdicio a un proceso de transformación, para que puedan ser nuevamente utilizados.
La sustentabilidad es un proceso a largo plazo. Si tomamos consciencia de la sustentabilidad construiríamos un futuro mejor para las generaciones venideras, pero en especial, entraremos en la era de las consecuencias de las malas decisiones pasadas.
En la siguiente nota van a encontrar el proceso de recuperación de la tela de una funda de algodón con mezcla de poliéster y el hilo de la costura, transformado en un corpiño sustentable.